Certificado energético: imprescindible para vender o alquilar

¿Quieres vender o alquilar tu vivienda? Necesitas un certificado energético

certificado energético

Desde el 1 de junio de 2013, para poner en venta o alquiler una vivienda, es necesario que ésta disponga de un certificado energético. Además, la Unión Europea acaba de anunciar que, a partir de 2033, dicha certificación deberá ser igual o superior a la letra D. Algo que, a día de hoy, solo alcanzan el 15% de las viviendas españolas.

Pero, ¿sabes qué es el certificado de eficiencia energética y cómo puedes conseguirlo? Te lo contamos.

¿Qué es la certificación energética de una vivienda?

La certificación energética es un documento oficial redactado por un técnico competente, que evalúa la eficiencia de un edificio en términos de consumo de energía. Este certificado asigna a cada vivienda una calificación que varía desde la A (la más eficiente) hasta la G (la menos eficiente), basándose en la cantidad de energía consumida por metro cuadrado de vivienda al año:

A – Muy Eficiente

La clase A representa el nivel más alto de eficiencia energética. Los edificios que obtienen esta calificación consumen muy poca energía para las necesidades de calefacción, refrigeración e iluminación en comparación con otros edificios. Esto se logra, generalmente, a través de tecnologías avanzadas de aislamiento, sistemas de energía renovable integrados y equipos de alta eficiencia.

B

Los edificios con una calificación B también son altamente eficientes, pero consumen un poco más de energía que los de clase A. Suelen incorporar buenas prácticas de diseño energético y sistemas eficientes, pero con menor capacidad de generación de energía renovable o aislamiento que los de clase A.

C

La categoría C indica una eficiencia energética buena. Los edificios en esta categoría tienen un consumo energético moderado y generalmente cuentan con mejoras en aislamiento y sistemas eficientes, aunque no al nivel de los clasificados en A o B.

D

Un edificio con calificación D tiene un nivel de eficiencia considerado estándar o medio. Esta calificación indica que el edificio cumple con los requisitos básicos de eficiencia energética, pero hay margen significativo para mejoras mediante la modernización de instalaciones y sistemas.

E

La calificación E sugiere un bajo nivel de eficiencia energética. Los edificios en esta categoría probablemente requieran mejoras sustanciales en términos de aislamiento, sistemas de calefacción y refrigeración y otras tecnologías para reducir su consumo energético.

F

Los edificios clasificados como F tienen una eficiencia energética muy baja, lo que indica que consumen mucha energía para mantener condiciones de confort. Es probable que necesiten renovaciones integrales para mejorar su eficiencia.

G – Ineficiente

La categoría G es la más baja en la escala de certificación energética, representando el nivel más bajo de eficiencia. Los edificios en esta categoría son extremadamente ineficientes en su uso de energía, lo que se traduce en altos costos operativos y un impacto ambiental negativo significativo. Generalmente, requieren intervenciones completas para mejorar su rendimiento energético.

Una vivienda que cuente con la categoría más alta de eficiencia energética (A) consume hasta un 90% menos de energía que una que esté catalogada con el nivel más bajo; una de clase B en torno al 80% y una de clase C, un 35%.

escala certificado

¿Para qué sirve y por qué es tan importante?

El objetivo del certificado de eficiencia energética es dar al futuro comprador o arrendatario una indicación de cuánto le costará iluminar, calentar o enfriar su vivienda, así como de la cantidad de CO2 que emite la misma. Los anuncios de inmuebles para la venta o alquiler deben mostrar su calificación energética, acompañada de la escala y respaldada por un certificado en vigor y registrado.

Además de ser obligatorio para vender o alquilar, la importancia del certificado energético radica en los siguientes aspectos:

  • Conciencia ambiental

La certificación energética fomenta una mayor conciencia sobre el impacto ambiental de los edificios, que son responsables de una parte significativa del consumo total de energía y de las emisiones de gases de efecto invernadero. Mejorar la eficiencia energética de los edificios puede reducir considerablemente este impacto.

  • Ahorro económico

Un edificio con una buena calificación energética suele tener un consumo energético más bajo, lo que se traduce en facturas de energía más reducidas. Esto es beneficioso tanto para el propietario actual como para cualquier futuro comprador o inquilino.

  • Requisito legal

En muchos países, entre ellos España, la certificación energética es un requisito legal para poder vender o alquilar una vivienda. Esto asegura que los compradores y arrendatarios tengan acceso a información transparente sobre la eficiencia energética del inmueble.

  • Incremento del valor de la propiedad

Las propiedades con mejores calificaciones energéticas pueden aumentar su valor de mercado, ya que la eficiencia energética se ha convertido en un criterio valorado por compradores e inquilinos.

  • Estándares de construcción

La certificación puede servir como un incentivo para que los constructores cumplan con los más altos estándares de eficiencia energética desde la fase de diseño y construcción de nuevos edificios.

  • Planificación energética

Para los gobiernos, estas certificaciones permiten planificar y promover políticas de eficiencia energética más efectivas, orientadas a reducir el consumo energético general del país y cumplir con los compromisos internacionales en materia de cambio climático.

vivienda eficiente

¿Qué información proporciona?

El certificado energético ofrece información acerca de los siguientes aspectos de la vivienda:

  • Aislamiento térmico. Es fundamental para evitar pérdidas de calor en invierno y ganancias excesivas de calor en verano. Se evalúa la calidad del aislamiento en paredes, techos y suelos. Materiales como la fibra de vidrio, el poliestireno y la lana de roca son comúnmente utilizados para mejorar el aislamiento.
  • Tipo de ventanas. Las ventanas influyen significativamente en la eficiencia térmica de la vivienda. Se debe considerar el tipo de vidrio (doble acristalamiento, triple acristalamiento), los marcos (PVC, aluminio con rotura de puente térmico, madera) y la hermeticidad de las mismas.
  • Orientación de la vivienda. La orientación afecta la cantidad de luz natural y calor solar que recibe la vivienda. Una orientación óptima puede reducir la necesidad de iluminación artificial y calefacción o refrigeración mecánica, lo que a su vez reduce el consumo energético.
  • Sistemas de calefacción y refrigeración. Los sistemas eficientes como las bombas de calor, los sistemas de calefacción por suelo radiante o las unidades HVAC de alta eficiencia pueden reducir considerablemente el consumo de energía. También es importante considerar la regulación y automatización de estos sistemas mediante termostatos inteligentes.
  • Uso de energías renovables. Incorporar tecnologías como paneles solares fotovoltaicos, termosolares o sistemas de aerotermia puede significar un gran ahorro energético y una reducción de la huella de carbono de la vivienda. Se evalúa la viabilidad y capacidad de estos sistemas para cubrir las necesidades energéticas del hogar.
  • Eficiencia de los electrodomésticos. Los electrodomésticos de alta eficiencia energética consumen menos energía. Incluir evaluaciones sobre la eficiencia de refrigeradores, lavadoras, secadoras y otros aparatos es clave.
  • Iluminación. El uso de tecnología LED, que consume menos energía y tiene una vida útil más larga que las bombillas tradicionales, mejora la eficiencia energética. También es relevante la utilización de sistemas de control de iluminación que ajustan la intensidad de la luz según la hora del día y la ocupación.
  • Sistemas de agua caliente. Los sistemas de agua caliente que utilizan energía solar o bombas de calor son más eficientes que los calentadores tradicionales. La eficiencia de estos sistemas se puede maximizar con buen aislamiento de tuberías y tanques.
  • Ventilación. Un sistema de ventilación eficaz ayuda a mantener la calidad del aire interior sin comprometer la eficiencia térmica. Sistemas como la ventilación mecánica controlada (VMC) pueden ser efectivos para conservar la energía mientras se renueva el aire interior.
  • Construcción y materiales sostenibles. Utilizar materiales sostenibles y técnicas de construcción que minimicen el impacto ambiental también contribuye a la eficiencia energética. Esto incluye el uso de materiales reciclados, renovables y locales que reducen la huella de carbono asociada a la construcción.

¿Qué inmuebles están obligados a tener certificado energético?

Deben contar con un certificado energético todos aquellos inmuebles que vayan a ser vendidos o alquilados, a excepción de los siguientes casos:

  • Edificios y monumentos protegidos oficialmente por ser parte de un entorno declarado, o por su particular valor arquitectónico o histórico.
  • Edificios religiosos y de culto.
  • Edificios con una superficie total útil inferior a 50m2.
  • Talleres o habitáculos previstos para labores agrarias y no para uso residencial.
  • Edificaciones que, por sus características, deban permanecer abiertas.
  • Construcciones provisionales y que tengan menos de dos años desde su fabricación.
  • Edificios o partes de edificios cuyo uso sea inferior a cuatro meses anuales, o bien durante un tiempo limitado al año, y que tengan un consumo de energía inferior al 25% del previsto por su utilización durante la totalidad del año, siempre que así conste mediante declaración responsable del propietario de la vivienda.

El resto de casos estarán obligados a obtener el certificado de eficiencia energética antes de vender o alquilar la vivienda, tanto si es antigua como de nueva construcción. En caso de no hacerlo, el propietario podría enfrentarse a una multa grave, que puede alcanzar los 6.000 euros.

¿Cómo se obtiene el certificado energético en España?

Obtener el certificado energético, afortunadamente, es rápido y sencillo. Lo primero que debes hacer es contactar con un técnico cualificado para evaluar la eficiencia energética de tu vivienda. El proceso de inspección es meticuloso y aborda diversos aspectos de la construcción y el uso energético del hogar. He aquí los pasos que un profesional acostumbra a seguir durante esta evaluación:

  • Revisión de documentación. Antes de la visita, el técnico revisará cualquier documentación relevante, como planos de construcción, facturas de energía anteriores y detalles de cualquier renovación energética previa para tener una comprensión preliminar de la vivienda.
  • Inspección visual. El técnico realizará una inspección ocular completa de la vivienda. Esto incluye revisar la integridad estructural, el estado del aislamiento, el tipo y estado de las ventanas, la orientación de la vivienda y las condiciones generales del edificio.
  • Pruebas de hermeticidad (Blower Door Test). Utilizando un ventilador de puerta (blower door), el técnico mide la cantidad de infiltraciones de aire en la vivienda. Esto ayuda a identificar fugas de aire no deseadas que pueden reducir la eficiencia térmica.
  • Evaluación de sistemas de calefacción y refrigeración. Se examinarán los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) para asegurarse de que están funcionando eficientemente. Esto incluye verificar filtros, ductos y la eficiencia general del equipo.
  • Inspección de electrodomésticos e iluminación. El técnico evaluará los electrodomésticos y sistemas de iluminación para determinar su eficiencia energética. Se revisarán etiquetas de eficiencia, y se recomendarán reemplazos o mejoras si es necesario.
  • Evaluación de sistemas de producción de energía renovable. Si la vivienda cuenta con sistemas como paneles solares o termosolares, estos serán inspeccionados para verificar su correcto funcionamiento y contribución a la eficiencia energética del hogar.
  • Termografía infrarroja. Utilizando una cámara termográfica, el técnico puede identificar puntos de pérdida de calor y zonas frías o calientes, lo cual es crucial para evaluar la efectividad del aislamiento y de los sistemas de calefacción.
  • Verificación de ventilación y calidad del aire interior. Se evaluará la eficiencia de los sistemas de ventilación y se comprobará que mantengan una calidad de aire adecuada sin comprometer la eficiencia térmica de la vivienda.
  • Reporte de eficiencia energética. Basándose en los datos recogidos, y mediante un programa informático autorizado por el Ministerio de Industria, el técnico elaborará un informe detallado, que incluirá las mediciones realizadas y las recomendaciones para mejorar la eficiencia energética de la vivienda. Este informe incluirá un certificado de eficiencia energética, que clasificará la vivienda en una escala de la A a la G.
  • Recomendaciones de mejora. Finalmente, se proporcionarán recomendaciones específicas para mejorar la eficiencia energética. Estas pueden incluir desde cambios simples, como sellar ventanas, hasta inversiones mayores, como la instalación de sistemas de energía renovable.

Este proceso no solo ayuda a los propietarios a entender mejor cómo se consume la energía en sus hogares, sino que también destaca las áreas de mejora que pueden llevar a un ahorro significativo en los costes de energía y a una reducción de la huella de carbono del hogar.

Último paso: registrar el certificado ante un organismo competente

Una vez obtenido el certificado energético de la vivienda, deberá presentarse ante el organismo competente de la Comunidad Autónoma, quien verificará que todo es correcto y lo hará constar.

El registro lo puede realizar el propietario de la vivienda, aunque la mayoría de técnicos certificadores se encargan de este trámite. Una vez registrado y aprobado, la etiqueta energética oficial será expedida. La duración del certificado será de 10 años desde la fecha de su emisión.

Llegados a este punto, la vivienda puede ser vendida o alquilada legalmente.

El 85% de las viviendas españolas deberán mejorar su eficiencia energética

Según un estudio elaborado por Masteos, empresa dedicada a la inversión en vivienda de alquiler, en colaboración con The Fringe Labs, compañía especializada en la inteligencia de datos del sector inmobiliario, el 85% de las viviendas de nuestro país deberán mejorar su calificación energética antes de 2033 para poder ser vendidas o alquiladas.

La investigación muestra que, en la actualidad, solo el 15 por ciento de los inmuebles españoles cuentan con una certificación D (9,6%) o superior, es decir, A, B o C (5,5%). El 85% restante (unos 58 millones de viviendas) se encuentran en las categorías E, F y G, por lo que, de no cambiar la legislación, se verán obligadas a realizar reformas para mejorar su eficiencia antes de 2033 para poder ser vendidas o alquiladas.

Si quieres obtener información sobre la clasificación energética de un inmueble, entra en el Geoportal Edificios Eficientes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) haciendo clic en: https://edificioseficientes.gob.es/es.

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