Todos los consejos para ahorrar energía en verano
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El mes de julio es famoso por registrar las temperaturas más elevadas del año, y la ola de calor que estamos atravesando es una clara muestra de ello.
El verano trae consigo muchas horas de luz, pero también altas temperaturas que obligan a recurrir al uso de sistemas de refrigeración, como ventiladores y aires acondicionados, que conllevan un gran consumo energético.
En concreto, según el IDAE, el 2,3% del gasto eléctrico de un hogar se produce precisamente en esta época del año.
Sin embargo, con un uso correcto de los electrodomésticos, podrás ahorrar energía en verano, evitando que tu factura se dispare, y, a la vez, contribuirás a la eficiencia energética global. Te explicamos cómo.
Aire acondicionado: úsalo correctamente
El aire acondicionado es el electrodoméstico “estrella” del verano. Su uso es casi imprescindible en algunas zonas de nuestro país, que pueden llegar a temperaturas de más de 40 grados en julio y agosto.
Los modelos más nuevos son prácticamente silenciosos y cuentan con tecnología Inverter, un sistema que regula el funcionamiento del compresor para que el aparato trabaje a una velocidad más constante, permitiendo ahorros de energía de hasta el 40%.
Muchos mejoran, además, la calidad del aire, ya que cuentan con filtros que eliminan el polvo, el moho, los alérgenos, e, incluso, los virus y las bacterias.
Por otro lado, algunos disponen también de control wi-fi, que permite encender, apagar o cambiar la temperatura del equipo incluso fuera de casa.
A pesar de todo ello, su uso suele suponer un notable aumento en la factura de la luz, sobre todo en el contexto actual marcado por los altos precios de la energía. Pero no te preocupes, porque existen algunos trucos que pueden mejorar la eficiencia de este electrodoméstico, reduciendo su consumo eléctrico. Te explicamos cuáles son:
- Asegúrate de que el aparato tiene la potencia necesaria. La potencia se mide en frigorías, y una frigoría equivale a 1,163 vatios. Para calcular cuántas frigorías necesitas, debes multiplicar por 100 el número de metros de la estancia. Es decir, para enfriar 30 m2, tendrías que adquirir un aire acondicionado de 3.000 frigorías. En caso de que la habitación tenga un mal aislamiento, los techos muy altos o una exposición demasiado directa al sol, será conveniente incrementar las frigorías al menos un 15%.
- Elige una temperatura adecuada; lo ideal es entre 24 y 26 grados. Programar una temperatura inferior a la deseada para que la estancia se enfríe antes resulta contraproducente, puesto que no ofrece el resultado esperado y, además, conlleva un consumo de energía mayor. Según la OCU, por cada grado de temperatura que se baja el termostato, el aire acondicionado gasta un 8% más de electricidad.
- Intenta que la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior no sea superior a 12 grados. Un contraste excesivo puede provocar consecuencias negativas, como resfriados o virus estomacales.
- Usa el modo “Sleep” o “Night” cuando te vayas a dormir. Esta función suaviza tanto la temperatura como la intensidad de salida del aire, llegando en algunos casos a apagar el equipo de manera progresiva.
- Asegúrate de que la estancia donde vas a colocar el aire acondicionado esté bien aislada. Es necesario que compruebes que las puertas y las ventanas están bien cerradas, y que no se producen fugas de aire.
- Selecciona correctamente la dirección del aire. Aunque tengas mucho calor, evita dirigir el aire directamente hacia ti. Es mejor hacerlo hacia el centro de la habitación para conseguir que todo el ambiente esté fresco.
- Haz lo mismo con el caudal de aire. En vez de ponerlo a gran velocidad, usa una velocidad menor. Conseguirás un ambiente agradable sin crear corrientes de aire.
- Apaga el equipo un rato antes de salir de casa o de irte a dormir. La estancia se mantendrá fresca por inercia durante un tiempo y ahorrarás energía.
- Utiliza el ventilador en los días en que el calor no sea tan sofocante. Aunque parezca un método obsoleto, consigue rebajar la temperatura de una estancia entre 3 y 5 grados, con un gasto energético muy inferior al del aire acondicionado.
Frigorífico: sácale el máximo partido en verano
Es el electrodoméstico que más tiempo permanece encendido y, por tanto, el que mayor consumo energético tiene, concretamente una media de 662 kWh según la OCU. Por tanto, la manera en que lo uses será también determinante en el resultado de tu factura final. Veamos cómo hacerlo de manera correcta.
- La temperatura ideal de la nevera se sitúa en torno a 4ºC, y la del congelador entre -17ºC y -18ºC. Es en estas temperaturas en las que conseguirás mantener los alimentos frescos y saludables, al mismo tiempo que ahorras energía. Si tu frigorífico es antiguo y no registra la temperatura exacta, te recomendamos que coloques un termómetro dentro y vayas girando el termostato hasta alcanzar la temperatura deseada.
- Coloca el frigorífico en un lugar adecuado, alejado de fuentes de calor como hornos o vitrocerámicas. Lo ideal es elegir un espacio bien ventilado, frío y seco para que sea más fácil mantener la temperatura en su interior.
- Mantén la puerta cerrada. Evita estar abriendo y cerrando la nevera, así como mantener la puerta abierta durante mucho tiempo. Cada vez que abres la puerta, la temperatura del interior sube, haciendo que el aparato tenga que emplear más energía para recuperar el nivel previo.
- Coloca y conserva correctamente los alimentos. Para conseguir que los alimentos duren el mayor tiempo posible a la vez que ahorras energía es necesario que los coloques y guardes de manera adecuada. El frío no se distribuye exactamente igual por todo el frigorífico, ni todos los alimentos necesitan la misma temperatura. Por ello, existen algunos trucos que es bueno poner en práctica:
- Pon cerca del congelador aquellos alimentos que necesitan temperaturas más bajas para su correcta conservación, como las carnes y pescados.
- Guarda las frutas y verduras en los cajones especialmente destinados para ello, normalmente colocados en la parte baja del frigorífico.
- Reparte los huevos, yogures y embutidos por las zonas media y alta.
- Coloca al fondo los alimentos más frescos y en la parte delantera los que tienen fecha de caducidad próxima.
- La puerta es el mejor lugar para los productos envasados, como refrescos, salsas, mantequillas, mermeladas, etc., puesto que es la zona menos fría de la nevera.
- Evita introducir alimentos calientes en el frigorífico.
- No lo llenes demasiado, para que el aire pueda circular libremente. En caso de tener que hacerlo, baja la temperatura un grado.
Usa de manera responsable los electrodomésticos
Según la OCU, usar de manera responsable los electrodomésticos puede reducir el consumo energético entre un 10 y un 50%. Los aparatos que más consumen en el hogar son el frigorífico, el televisor, la lavadora, la secadora y el lavavajillas, aunque el gasto varía en función de la eficiencia y del uso que se haga de cada uno de ellos.
- Por ejemplo, en el caso de la lavadora, la secadora o el lavavajillas, es recomendable que esperes a que estén llenos para ponerlos y que uses programas económicos, a baja temperatura.
- Resultan muy prácticos también los temporizadores, que mantienen los aparatos encendidos solo cuando son realmente necesarios.
- Cambia las bombillas tradicionales por bombillas de bajo consumo o LED. Aunque son más caras, duran entre 8 y 10 veces más, por lo que reducen considerablemente el gasto energético. Según el IDAE, en un hogar español hay de media 22,8 bombillas, de las cuales solo un 0,01 son LED, es decir, una por cada 100 hogares.
- Si vas a estar fuera de casa varios días, evita dejar en stand-by los electrodomésticos que no sean imprescindibles; mejor desenchúfalos o apágalos completamente.
- Elige una comercializadora eléctrica que te ofrezca ofertas adecuadas a tus necesidades. En Helios Energía, dispones de varias tarifas para adaptar tu consumo a lo que necesitas. Además, si cuentas con una instalación de autoconsumo, podrás aprovechar los excedentes que no utilizas compensando tu suministro o el de una segunda vivienda o local de tu propiedad, o bien canjeándolos por productos o servicios. Asimismo, tendrás el control total de tu consumo, para que sepas siempre cuánto te va a costar tu factura eléctrica.
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Invierte en electrodomésticos con la máxima eficiencia energética
Elegir aparatos que sean lo más eficientes posible desde el punto de vista energético es otra de las claves para ahorrar en tu factura de la luz. De hecho, un equipo eficiente gasta hasta un 60% menos de electricidad que uno de alto consumo con las mismas prestaciones.
El 1 de marzo de 2021, se produjo un cambio en el etiquetado energético, por el que se eliminaron las clases A +, A ++ y A +++ y se volvió a la escala antigua de la A a la G, que los consumidores reclamaban por considerar más clara y comprensible.
Desde entonces, las etiquetas establecen siete categorías, en las que la A es la máxima eficiencia energética y la G la mínima. Asimismo, en algunos electrodomésticos, además del consumo eléctrico, la etiqueta aporta datos sobre el agua utilizada por ciclo de lavado, la capacidad de almacenamiento o el ruido, entre otros. Por último, todas incluyen un código QR que los usuarios pueden escanear para obtener información adicional sobre el producto.
El autoconsumo, una solución perfecta para ahorrar en tu factura de la luz
Si a pesar de todos estos consejos, crees que tu factura sigue siendo desorbitada, puedes plantearte la opción del autoconsumo solar. Las placas solares te permiten producir tu propia energía, ahorrándote hasta un 70-80 % en tu factura de la luz, además de contribuir al cuidado del medioambiente, ya que reducen notablemente la emisión de CO2 a la atmósfera.
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